viernes, 20 de abril de 2018

Patriarcado por subrogación

Si os digo que voy a presentar una ley que garantice la “variedad con la que las personas quieren expresar su propia concepción de las relaciones familiares” apuesto a que no sólo sería muy difícil encontrar oposición a la misma, sino que seguramente conseguiría adhesiones entusiastas por parte del espectro social considerado a sí mismo “progresista”. Si hablo en general de la “evolución del modelo de familia” y de las “múltiples formas de entender la vida personal”, y lo aderezo con muchos conceptos abstractos como “libertad” (cuantas más veces repita esta palabra, mejor), “solidaridad” y “altruismo”; pocas personas serían capaces de adivinar de qué estoy hablando en concreto, pero sin duda a la mayoría les sonaría muy bien, y pensarían en cosas similares a beneficios sociales para las familias monoparentales, la agilización de adopciones y acogimientos o la legalización del matrimonio homosexual. Muchas se sorprenderían al descubrir que me estoy refiriendo a la proposición de ley registrada por Ciudadanos en el Parlamento para legalizar lo que ya nos hemos acostumbrado a llamar “gestación subrogada”, cuyo nombre honesto en la práctica sería “trata de mujeres con fines de explotación reproductiva”.
Y es que ese es el “modus operandi” del fundamentalismo de mercado disfrazado de liberalismo político, ocultar la práctica, la realidad material, tras una teoría opaca y saturada de palabras rimbombantes. Gracias al arte de birlibirloque mercantilista detrás de ideas aparentemente inocuas como “diversidad”, “progreso” o “modernidad” pueden camuflarse las mayores desigualdades y las formas de explotación más absoluta. En el caso de la “gestación subrogada”, la fórmula mágica consiste en contar historias de parejas felices que han visto su sueño largo tiempo esperado de formar una familia hecho realidad gracias a un ángel de la guarda encarnado en una mujer que disfruta dándolo todo, hasta su cuerpo entero, por “regalar vida”. “La más intensa solidaridad entre personas libres e iguales”, lo describe así Ciudadanos en la que me atrevo a decir que es la exposición de motivos más cínica de la historia parlamentaria reciente. Ni cortos ni perezosos hablan al mismo tiempo de las “distintas formas de concebir y vivir la familia” y de “garantizar la procreación, sin la cual la familia se extinguiría”. Sus familias modernas consisten en asegurar la perpetuación de los genes a través del sacrificio y el sometimiento de las mujeres a la voluntad ajena. Vamos, como ha venido ocurriendo desde el Neolítico, pero sin coito. Cambiando al Espíritu Santo por las “técnicas de reproducción asistida”, que según Ciudadanos ponen en cuestión los antiguos paradigmas de paternidad y maternidad. ¿Qué paradigma más antiguo puede haber de paternidad y maternidad que “garantizar la procreación”?
Artículo publicado el 20 de abril de 2018 en Kamchatka.es 


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