Hola, niños y niñas, soy
Coco, sí, ese peluche azul parlante tan majo que os ha enseñado tantas cosas
que a simple vista parecen evidentes, pero que por lo que se puede deducir del comportamiento
de esas extrañas personas altas que conocemos como “adultos”, en realidad no lo
son tanto, como la diferencia entre subir y bajar o entre izquierda y derecha.
Hoy vengo a hablaros de la
vida, sin más, en concreto de la vuestra, la de los niños y las niñas. Habréis
notado que últimamente se habla de ello en todas partes, desde que un tal
Gallardón, un señor muy feo que aunque lo parezca os juro que no es un Teleñeco
(y que tampoco ha resultado ser un corderito aunque antes a todos se lo pareciera),
presentó una cosa muy rara que se conoce como “Ley Orgánica de Protección de la
Vida del Concebido”. Este superhéroe con superpoblación cejil se ha dado cuenta
de que la vida de los niños y niñas inocentes corre un serio peligro, y se ha
autoproclamado su salvador.
Razón no le falta, diréis.
Muchos de vosotros sois uno de esos 3 niños y niñas de cada 10 que viven
por debajo del umbral de la pobreza en España. En 2011 ya habíais superado los
2 millones 200 mil y seguís aumentando al triple del ritmo de incremento
de la pobreza infantil de toda la Unión Europea. Un 27% de vosotros, niños y
niñas de España menores de 16 años, sois pobres. Habéis visto como vuestros
padres tuvieron que dejar de apuntaros a actividades extraescolares, de compraros
libros y ropa nueva para el colegio, incluso de daros de comer fruta, carne y
pescado. Eso los que todavía podéis comer e ir a clase todos los días. Mejor de
lo que os ha traído Papa Noel este año ni hablamos, ¿no? Y eso que seguramente
os habéis portado muy bien durante todo 2013.
Por lo menos, la mayoría de
vosotros todavía no tenéis que trabajar. Seguramente Gallardón, creeréis,
también se ha acordado de todos los niños y niñas que en lugar de ir al cole
tienen que trabajar de sol a sol para que ellos y sus familias puedan
sobrevivir. Posiblemente haya pensado, por ejemplo, en los miles de niñas
indias que trabajan sin contrato, privadas de libertad y en condiciones
insalubres durante más de 72 horas a la semana por un salario de 0,88 euros al
día. Sí, esas pobres niñitas que cosen para oscuras (literal y figuradamente)
fábricas textiles que después suministran sus productos a muchas firmas
españolas, como Inditex, El Corte Inglés o Cortefiel. Lo más probable es que
justamente nuestro justo Ministro de Justicia haya leído el exhaustivo y bien
documentado informe sobre la explotación infantil elaborado por el Centre for
Research on Multinational Corporation (una organización independiente holandesa
sin ánimo de lucro que escruta la actividad de las grandes multinacionales) que
nos habla sobre esas niñas esclavas, titulado Captured by Cotton (Capturadas
por el Algodón).
Seguro que Gallardón es consciente de la existencia de
215 millones de pequeños y pequeñas que según la Organización Internacional del
Trabajo, están siendo explotados laboralmente en todo el mundo. Aunque no está
claro si se considera oficialmente trabajo infantil el de los menores de 16
años que después de clase en vez de hacer los deberes deben ayudar en el
negocio familiar, o los que de vez en cuando deben faltar a la escuela porque
es época de siembra o de cosecha en el campo, o porque simplemente deben salir
a pedir limosna a la calle. Por si algunos de los que me leéis tenéis que
trabajar para ayudar a que vuestra familia llegue a fin de mes, os aclaro que
en España los únicos menores de 16 años que pueden trabajar, debido a un real
decreto, son los que se dedican al ámbito artístico. Si no sois actores
precoces o modelos de anuncio, debéis saber que os están explotando
ilegalmente.
Lo que es indudable es que el Ministro habrá tenido en
cuenta los datos de Inspección de Trabajo y la Seguridad Social, que ha
detectado en los últimos años una media de 50 infracciones anuales en empresas por
tener trabajando a menores. O un estudio de UNICEF que a principios de la
década ya señalaba que había 172.000 niños y niñas españolas que trabajaban con
sus familias en la agricultura y la ganadería, o los múltiples informes de ONGs
que avisan de los cada vez más habituales casos de niños y niñas obligados a delinquir
o a prostituirse por organizaciones criminales. El señor Gallardón, que ha
demostrado mostrarse seriamente preocupado por la persecución más estricta del
crimen con su reciente reforma del Código Penal, el endurecimiento de las penas
y su otro famoso proyecto de ley, el de Seguridad Ciudadana, seguramente no
podrá dormir hasta que no haya ni un sólo niño explotado en España o víctima de
cualquier ilegalidad, por más ínfima que sea.
Por otra parte, puede que haya hecho caso también de
las advertencias de la Asociación Española de Pediatría y su encuesta “La
crisis, los niños y los pediatras”, que muestra que el 71% de los pediatras
considera que los recortes del gobierno al que pertenece el señor Gallardón
perjudicarán el cuidado de los niños enfermos, dificultando su acceso a los
medicamentos y el seguimiento debido de sus tratamientos. O de las Asociaciones de enfermos y organizaciones como la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer y Médicos del Mundo, que hace poco han denunciado que el nuevo copago
hospitalario impuesto por el Ministerio de Sanidad para enfermos graves que
reciben tratamientos ambulatorios arrojará a muchas familias a la caridad como
única salida a situaciones provocadas por los permanentes
recortes y el alto índice de paro. Es evidente que Gallardón no puede dejar de
pensar en los muchos niños con leucemia y otras patologías cuyo acceso a la cura
se verá impedido por las medidas adoptadas por sus colegas del ejecutivo,
pues ante un diagnóstico de cáncer de un menor, el aumento de los gastos
familiares es de 400 a 600 euros mensuales, importe que las familias hace mucho
que ya no se pueden permitir (como si las enfermedades fuesen un lujo...). Su
conciencia ha despertado por fin, pensaréis aliviados los que tenéis la mala
suerte de leer esto desde un hospital.
Pues más vale tarde que nunca, responderéis los que os
habéis visto forzados a mudaros con vuestros abuelos o a un centro de acogida
porque vuestros padres han sido desahuciados de su casa. Puede que Pepito
Grillo le haya hablado por fin a Gallardón de vosotros, y no sólo de los hijos
de los políticos a cuya puerta vuestros padres en paro desesperados y sin un
hogar propio han ido a reclamar una solución. Y quizá le haya recriminado algo
sobre muchos otros de vosotros, los que os encontráis entre las 200.000
personas dependientes, con alguna discapacidad mental o física, que estáis
todavía esperando a cobrar una prestación económica que ya hace tiempo que os
ha sido asignada. A lo mejor Gallardón y sus compañeros han decidido por fin
desbloquear los presupuestos para la Ley de Dependencia para que vuestros
padres puedan compraros pronto la silla de ruedas que necesitáis, adaptar la
casa en la que vivís o contratar a alguien para que les ayude a cuidaros y así
poder volver a trabajar; o que llegue ya a vuestro colegio el tutor especial
que necesitáis.
A juzgar por lo que habéis visto en televisión y leído
en prensa estos días, por fin todos los niños en riesgo de exclusión o que realmente
padecéis algún tipo de merma de vuestra calidad de vida veréis solucionados en
breve todos vuestros problemas gracias al último (hasta que llegue el próximo)
proyecto de ley de Gallardón. En especial todos los niños con Síndrome de Down
o con algún tipo de minusvalía, a los que hacíamos antes referencia, a los que
por fin los periódicos os han dedicado altruistamente su portada.
La gente de a pie también se ha acordado de vosotros.
Personas de todas partes de España y de Europa llenaron este fin de semana la
Plaza de Colón de Madrid con motivo de la “Fiesta de las Familias”, que
organizan todos los años esos señores de sonrisa espeluznante que hablan
susurrando y llevan ese vestido al que llaman sotana por encima del pantalón, y
a los que no debéis acercaros si os ofrecen caramelos. Esa “fiesta” se organiza
supuestamente en vuestro honor, los niños inocentes, para celebrar y defender
vuestro derecho a la vida, que según dice el jefe en España de los señores
sonriente-susurrantes, un tal Rouco Varela, debe ser inviolable. De si está
permitido o no violar a vuestras madres o a vosotros mismos, niños y niñas,
extrañamente, no ha dicho nada. También se acordó de vosotros Juan Cotino,
presidente de las Cortes Valencianas (otro señor de los que da miedito),
precisamente el Día de los Santos Inocentes, y prometió defenderos de todos los
Herodes que quieran matar niños, aunque tampoco, extrañamente también, ha dicho
nada, que se sepa, de protegeros de los accidentes de metro en los que
eventualmente podáis morir vosotros y vuestras familias.
Sin embargo, siento tener que deciros, que una vez
más, los adultos vuelven a no tener clara una de esas cosas evidentes que
siempre me toca explicar. Resulta que esos niños a los que quieren proteger y
de los que tanto hablan Gallardón, sus compañeros de gobierno y los amigos de
sus compañeros de gobierno, son única y exclusivamente los que todavía no han
nacido. La ley “salvavidas” que propone el Ministro de Justicia no es más que
la mera coartación de la libertad de vuestras madres y del resto de mujeres.
No podrán decidir si quieren teneros o no. A los únicos niños con Síndrome de
Down o alguna enfermedad grave a los que este gobierno quiere cuidar es a los
que todavía no han salido de la barriga de mamá, y es sólo allí, dentro de esa
barriga, donde tendréis asegurado el alimento y el refugio necesario. Una vez
nacéis, dejáis de ser niños inocentes, para convertiros en ciudadanos molestos
y parásitos que exigen derechos que no les corresponden.
Gallardón y compañía no saben que los únicos niños
inocentes a los que hay que proteger que existen son precisamente los que ya
existen. Así que si a partir del año que mañana empieza tenéis un hermanito o
hermanita que en algún momento acabe pasando hambre o frío, si ni él ni vosotros
conseguís tener acceso a una educación digna que os permita ser personas libres
y conscientes en el futuro, si vuestro nuevo hermano o hermana tiene que vivir
condenado en una cama de hospital, si vuestros padres os abandonan porque no pueden permitirse manteneros o si os quedáis
huérfanos porque vuestra madre haya muerto dando a luz, dadle las gracias a
Gallardón y al resto de salvadores del PP. A ellos le deberéis la vida, aunque
sea una llena de miseria.
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Elocuente esquela que llegaron a publicar en 2009 periódicos como ABC, La (difunta también) Gaceta, La Razón o El Correo Gallego |